María comenzo el oficio textil siendo muy jovencita, ejerciéndolo con el rigor y la disciplina que requiere la ejecución de las técnicas tradicionales.

A lo largo de su vida tejió y bordó inumerables piezas como carpetas, colchas, sábanas, fundas, servilletas, todas bordadas de manera impecable; el oficio no sólo le permitía mantenerse ocupada, le significaba una forma de demostrar el amor y el afecto a los integrantes de su familia.  María enseñó a bordar a sus dos hijas. La calidad de la manufactura de sus piezas bordadas permiten que aún con el paso del tiempo su familia pueda recordarla con cada carpeta o servilleta que María tejió a lo largo de su vida.